¿La Historia se repite?

La antigua frase popular “El humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, hace referencia cuando se presenta un problema a resolver. Si es un problema que se presenta a menudo, se resuelve de manera instintiva, si es poco frecuente se piensa, pero si el problema ocurrió una sola vez y hace mucho tiempo y no lo tiene registrado, posiblemente volverá a causar un gran dolor de cabeza. En la historia los errores que comete la humanidad no siempre es causado por la misma sociedad. El problema no puede ser resuelto de la misma manera, porque la sociedad evoluciona, lo que no evoluciona es el problema, por ejemplo: el mal gobierno, la guerra, el hambre, las epidemias, la violencia. Estos problemas acompañan al ser humano y al grupo desde el principio.

Según Hegel, “la historia nos enseña que las personas jamás aprendieron nada de la historia”.

La paradoja de Hegel, es que uno no aprende de lo que nos enseñan, sino que aprendemos de los errores.

Según Freud, “la historia, es solo gente nueva que comete viejos errores”.

Freud afirma que la existencia de errores ilimitados y siempre renovados, no pueden ser desmantelados por las nuevas sociedades, nos deja la enseñanza que debemos aprender a convivir con nuestros desaciertos y transformar lo negativo en positivo.

La humanidad observada por la Historia, ve los mismos errores y ve diferentes soluciones, por lo tanto, la historia se repite solamente en los errores.

Para Marx, los Hechos replicados son “una vez como tragedia y la otra como farsa”. Marx se refiere a los sucesos que imitaron los procesos revolucionarios y políticos de su época. La primera propuesta, supuestamente beneficiosa, en su segunda fase parece aún peor que la primera. Cuando el acontecimiento es considerado nefasto, la imitación resulta una farsa.

Según el historiador Edward Gibbon, “todo lo humano retrocede si no avanza”. La historia se repite no sobre el avance, sino en el retroceso. Se vuelve a encontrar con lo que ya había vivido. Al detener el progreso, queda relegado resolviendo viejos obstáculos superados, mientras las otras sociedades continúan con el progreso. Por ejemplo, la caída del imperio romano y la fragmentación de su imperio en pequeños reinos dominados por señores feudales es comparable con la caída del imperio español y la fragmentación de su imperio en pequeños Estados por caudillos regionales. El Imperio Romano era contemporáneo del Imperio Chino, el Imperio Español lo era del Imperio Británico.