Tiempo Histórico

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 El Tiempo

El tiempo es un efecto del estado natural y universal del espacio, en el que los movimientos de las partículas se forman materialmente y se desintegran en una secuencia infinita. La percepción humana lo entiende como objeto. Su existencia para el ser humano no depende del conocimiento, sino del entendimiento instintivo, así lo hizo por miles de años hasta nuestros días, separándolo en pasado, presente y futuro. El éxito de las civilizaciones, dependía y depende de la domesticación del tiempo como instrumento fundamental en la organización social y económica.

En las antiguas civilizaciones, el tiempo era objeto de observación y estudio de la realidad. Los griegos en su rica mitología decían que el tiempo tenía dos magnitudes: una física o natural representada por el Titan Cronos; y otra, sensible humana por el Dios Kairós. Cronos media el tiempo y Kairós la temporalidad. Lo complementaban con las Moiras, que eran las personificaciones del destino, y los distintos dioses de las pasiones que daban sentido a la vida particular futura. Los griegos entendían que convivían con dos estados del tiempo a la vez. Un tiempo inmutable y un tiempo sensible, de acuerdo a sus pasiones.

Hasta la aparición de Albert Einstein, tanto físicos, matemáticos y filósofos, creían en dos magnitudes de tiempo: físico y sensible. El tiempo físico, con una medición mecanicista, es absoluto, o sea que todos lo perciben igual y el sensible, sujeto a la apreciación del pensamiento humano. Einstein descubre una tercera magnitud, que el tiempo y el espacio están unidos, y la medición del espacio tiempo, depende del estado de movimiento del observador. Dos observadores viajando a distintas velocidades no se pondrán de acuerdo sobre el tiempo transcurrido. El tiempo relativo depende de la velocidad relativa.


La relación de la historia y el tiempo 

La existencia de las civilizaciones estaba unida al conocimiento, no del tiempo en particular sino de los tiempos separados en grandes estadios. Esos tiempos estacionales les marcaba las actividades. El descubrimiento de la rotación de la tierra les permitió dividir aún más el tiempo en forma cronológica. El calendario pasó a ser de un registro del pasado a una planificación del futuro, el presente tenía un sentido si se podía asegurar la continuación del tiempo.

El pasado toma relevancia si es documentado y tal registro sirve al presente y al futuro cuando su aplicación asegura la existencia del individuo o la sociedad.

El tiempo demuestra su existencia a través de los registros que la historia presenta en evidencias tangibles.


¿Qué es el Tiempo Histórico?

El tiempo histórico es historia seleccionada, una base de datos que pertenece a un mismo contexto. La historia es recopilación de hechos, el pasado es memorización de datos históricos ocurridos en el tiempo. Los datos del tiempo histórico, permiten la alineación cronológica de estadísticas, cuyo principal objetivo es mejorar la comprensión de los hechos con la información obtenida. Los datos del tiempo histórico se van perfeccionando constantemente con las nuevas tecnologías.

Mientras que la historia, con el hecho, mantiene una función idealizadora del pasado, el tiempo histórico sufre constantes modificaciones en sus datos, a través de la investigación de diferentes ciencias. El hecho histórico tiene connotaciones sensibles, donde el dato es parte del todo, el tiempo histórico tiende a la rigurosidad del dato, manteniendo una relación estrecha con el hecho. El tiempo histórico, como un conjunto de datos, se desarrolló en administrador de informaciones, ofreciendo un amplio campo de soluciones a los problemas actuales.

El hecho está ubicado cronológicamente en un punto, y depende del proceso para su construcción. El dato tiene variedad de fechas y depende de la recolección estadística y el análisis de la información. El dato, más allá de información histórica, tiene valor relevante y eficazmente ordenado es la base del conocimiento. Los procesos sociales, en el tiempo histórico, diferenciados en el espacio y el tiempo que construyen el presente a través de la reflexión colectiva, recurren constantemente al dato histórico para basar las modificaciones, se puede decir que el presente viaja al pasado si quiere asegurar el futuro.

Marc Bloch en su obra “Introducción a la Historia”, señala que el tiempo histórico es el tiempo de la ciencia. La ciencia usada como herramienta soluciona los problemas del presente. El historiador condicionado por la vertiginosidad de los acontecimientos, interpreta la necesidad del ser humano como un problema de resolución científica. La historia y la ciencia son productos del tiempo humano. El tiempo genera un problema para la continuidad existencial, por lo tanto, necesita de la experiencia histórica y los productos de su invención para asegurar la supervivencia, razona que vivir o vivir más tiempo depende de sus conocimientos. La ciencia es la respuesta al ataque permanente del desgaste natural del tiempo. Los vestigios y los conocimientos pasados, son huellas que la ciencia va dejando como evidencia de la batalla que el humano libra contra el poderoso enemigo invisible. El tiempo de la historia, no es más que el tiempo de la ciencia pasada.

Paul Ricoeur en su obra Tiempo y Narración, aborda la cuestión del tiempo histórico desde la narrativa, usando instrumentos del pensamiento como el calendario, la generación y la huella (documento y archivo), para reconfigurar el tiempo pasado. La posibilidad de medir el tiempo como un continuo en su carácter secuencial y repetitivo hace viable la medición en segmentos iguales por su homogeneidad. El uso de los instrumentos revela la naturaleza del tiempo histórico. Ricoeur entiende que el tiempo es mejor definido cuando se habla de tiempo histórico, porque en su narrativa se aleja de la ficción y el uso de las aporías.


Bibliografía:

Bloch, Marc. Introducción a la Historia. Breviarios del Fondo de Cultura Económica. 4° edición. México. 1965. Págs. 26-27.

Giraldi, Pilar. La Reconfiguración del tiempo en la narración historiográfica según Paul Ricoeur. Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México. Número 41. Institutos de investigaciones históricas. 2011. Págs. 104-112. 

Le Goff, Jacques. Pensar la Historia. Ediciones Altaya S. A. Barcelona. España. 1998. Págs. 09; 14-15.

Nack, Emil; Wagner, Wilhelm. Grecia, El País y el Pueblo de los antiguos helenos. Editorial Labor, S.A. 2ª Ed. Barcelona. España. 1972. Págs. 41-42.

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