Antiguo Egipto (3100 a.C. aproximadamente – 476 d.C. aproximadamente)

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El Río Nilo: escenario de la historia

El espacio geográfico de la civilización del Antiguo Egipto estuvo ubicado en el entorno del Río Nilo en el nordeste de África. El Nilo moldeó a los egipcios (cultura, economía, sociedad, religión, etc.). Este río nace en el actual Burundi y en el Lago Victoria, y desemboca en el mar Mediterráneo. Todos los años el Nilo provoca crecientes inundando los valles y depositando limo, un fertilizante que es utilizado para el sembradío. Este patrón de inundaciones y limo, generó una economía agrícola estable que garantizó el crecimiento de los pueblos durante milenios.


Región Histórica

Se desarrolló por el litoral del Río Nilo desde el Valle del Nilo hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo (1000 km de largo por 10 a 25 km de ancho en la mayor parte de su historia).


Prehistoria Egipcia (6500 a.C. aproximadamente – 3100 a.C. aproximadamente)

Al final del Neolítico y al principio de la Edad de Cobre se fueron asentando pequeñas comunidades que en el transcurso aproximado de mil años lograron formar dos espacios geográficos que los arqueólogos han denominado:

El Alto Egipto: ubicado geográficamente en el Valle del Nilo (sur del Delta del Nilo). Prehistóricamente representado por las culturas Badariense (4400 a.C. aproximadamente – 3800 a.C. aproximadamente) y Amratiense (4000 a.C. aproximadamente – 3000 a.C. aproximadamente).

El Bajo Egipto: situado en el Delta del Nilo, entre el mar Mediterráneo (norte) y el Valle del Nilo (sur). Ocupado por las culturas prehistóricas de Fayum A (5600 a.C. aproximadamente – 4000 a.C. aproximadamente) y Merimdé (5000 a.C. aproximadamente – 4100 a.C. aproximadamente).

Cada comunidad poseía una deidad. El pueblo qué adoró a Horus se impuso por la fuerza sobre los demás. El primer reino nació con capital en la ciudad de Tinis.


Historia de la Civilización del Antiguo Egipto (3100 a.C. aproximadamente – 476 d.C. aproximadamente)

A grandes rasgos se puede decir que estructuralmente el Antiguo Egipto pasó por tres tipos de periodos en sus más de tres milenios de existencia. El primero, el unificado, donde un Estado centralizado controlaba toda la región. El segundo, el descentralizado (periodo intermedio), donde la unidad regional es quebrantada, generando la aparición de familias que controlaban las zonas, que fue oportuno para las invasiones extranjeras, hambrunas, etc.

La característica principal es que estos dos periodos se fueron intercalando por más de 2300 años.

El tercero, la Baja Época, el Antiguo Egipto deja de ser el centro político, económico, científico y cultural, convirtiéndose en el granero del mundo antiguo mediterráneo, o sea un proveedor de materias primas para los imperios de Persia, Grecia y Roma.


Economía

En Materias Primas: cereales (cebada, lino y trigo), ganado (avícola, caprino, equino y vacuno), madera (acacia, palmera, sicomoro y tamarindo), minerales (alabastro, amatista, azufre, cobre, cornalina, granate, granito, oro, oropimente, malaquita, natrón, piedra caliza, piedra arenisca, pórfido y turquesa), pesca (mújol) y plantas (anís y papiro).

Industrias: aceiteras; astilleros; botargas; cerámica; cervecería; cosméticos; construcción; matadero; minera; momificación; papiro; sal marina; textil; y tintes.

Comercio de Exportación: habían logrado obtener un mercado exterior con diversos reinos ubicados en la costa Mediterránea, en el África Subsahariana, en Arabia, en Mesopotamia y en la costa occidental de la India.

Comercio de Importación: los productos que ingresaban a Egipto lo hacían a través de las embarcaciones del faraón o de terceros como los fenicios y helenos; del comercio terrestre, se encargaban los nubios, los pueblos semitas de las regiones históricas (Arabia, Palestina y Mesopotamia) y los indoeuropeos (persas). Los productos provenían de toda la costa mediterránea, de la isla de la Gran Bretaña, del sur de Rusia, de Somalia, Afganistán, India, Ceilán y China.


Momificación: Industria Funeraria

La momia a lo largo de tres milenios pasó de un objeto de ritual cultural a un producto desarrollado por una empresa fúnebre de concentración vertical, que agrupó diversas actividades en el proceso de elaboración del mismo. Incluso la calidad de la momia estaba condicionada por la clase social que podía pagarlo, no era lo mismo una momia de un faraón que la de un funcionario público. Los arqueólogos, egiptólogos, historiadores y médicos forenses analizaron las diversas momias de diferentes épocas, de clases sociales y de animales, descubrieron una gama muy extensa de productos: sal marina o natrón para el secado del cuerpo; aceites de cedro o enebro para ungüentos; arena, aserrín, cebollas, harapos, líquenes, paja o resina de pino se usaron como relleno en las cavidades del cuerpo; se encontraron especias como canela y casia procedente de Ceilán, China e India; se halló cera de abeja como sellador de los orificios del cuerpo; se identificó incienso y mirra (Arabia y Somalia) para fumigar el cuerpo en ritos funerarios; se empleó vino de palma para limpiar las cavidades corporales y las vísceras. También se descubrió numerosos instrumentos con diversas formas lo que demostró la especialización en la elaboración del producto fúnebre.

Los arqueólogos, egiptólogos e historiadores a lo largo del tiempo han descrito la forma de momificación según sus estudios científicos: según la egiptóloga francesa Françoise Dunand y el médico Roger Lichtenber en la obra “Las momias: un viaje a la eternidad” describieron que los pasos eran la extracción del cerebro, evisceración, deshidratación y vendaje; según el arqueólogo británico Stephen Buckley el embalsamamiento del cuerpo era una forma de preservación dividida en seis pasos que comenzaba con el lavado del cuerpo, le seguía la extracción del cerebro, continuaba con la extracción de los órganos, luego la colocación del cuerpo en natrón, después el recubrimiento del cuerpo para eliminar las bacterias y sellarlo, y finalizaba con el envolvimiento del cuerpo en vendas o sudario.


Sociedad

A grandes rasgos la sociedad del Antiguo Egipto se dividía en dos sectores: los privilegiados, que ocupaban cargos de funcionarios públicos en el gobierno y estaban exentos del tributo; y los no privilegiados (agentes dependientes del gobierno, artesanos, campesinos, comerciantes, dependientes de oficios, etc.), que estaban obligados a pagar tributo y competían en sus rubros a fin de gozar de mejor posición utilizando sus habilidades.

La base de la sociedad egipcia era el campesinado, hombre libre, pero sin tierras. Debían trabajar las parcelas, que previamente fueron distribuidas por el Estado.

El esclavo, no era la base de su sociedad. La esclavitud era una institución reducida y no desempeñaba un papel importante en la sociedad ni en la economía, era un complemento de estatus de los privilegiados o estaban catalogados como objetos del Estado. El esclavo era el extranjero tomado como prisionero de guerra u obtenido por compra.


Forma de Gobierno

Monarquía teocéntrica, el Estado centralizado en la autoridad del Faraón (ejecutivo, legislativo, judicial, militar y religioso).

Las Instituciones de Gobierno estaba unificado en la figura del faraón. Él nombraba a los funcionarios públicos que estaban a cargo de diversas tareas:

El Visir: Supervisaba los trabajos hidráulicos, la agricultura, el comercio, la navegación, las obras públicas y la salud a través de departamentos administrativos centralizados en su persona.

Los Nomarcas: administraban los nomos (regiones donde se habían agrupado las antiguas aldeas), cobraban los impuestos e inspeccionaban los canales, su mantenimiento y funcionamiento. Cada nomo estaba controlado por un noble.

Los Sacerdotes: se dedicaban a la astronomía, al culto de los dioses y a las ceremonias funerarias. Designados por el faraón.

Los Escribas: escribían y leían los documentos, recogían información de los censos (habitantes, producción de cereales y animales).

Los funcionarios recibían en forma de pago tierras que estaban exceptuadas del pago de impuestos.


Escritura

El Antiguo Egipto tuvo cinco sistemas de escrituras a lo largo de su historia:

Jeroglífico: signos y figuras que enuncian una frase u oración. En el transcurso del tiempo se dividió en tres sistemas: el oficial, que era uso del Estado y sus autoridades; el sacerdotal, para rituales e inscripciones; y el habitual, usado por el pueblo, contaba con menos símbolos. Los Jeroglíficos se dividen en dos formas: ideogramas, representan una idea o una palabra; y los fonogramas, que representaban letras.

Hierático: utilización de ligaduras en caracteres. Se dividían en dos formas: cursiva, utilizada en documentos administrativos; y uncial, empleada en obras científicas, literarias y religiosas.

Demótico: derivación ideográfica del hierático, se lo implementaba de forma oficial y legal (hasta el 400 a.C.).

Helenístico: en la época ptolemaica, el griego helenístico se convirtió en la escritura oficial del gobierno egipcio.

Copto: tenía de base el alfabeto griego con agregados del demótico, inicialmente apareció en la época ptolemaica y su amplia utilización fue a partir del siglo IV d.C.


Defensa

Desde el Reino Antiguo hasta el fin del Reino Medio, el faraón era el comandante en jefe del Ejército, el Visir su segundo al mando, cada nomarca era el jefe de su distrito y debía contribuir con una pequeña dotación de hombres, que eran destinados a la frontera con Nubia y al Sinaí. El faraón contaba con su propia guardia. También utilizaron mercenarios.

En el Reino Nuevo inició una política de ocupar un mayor territorio a través del Ejército, lo que produjo una serie de reformas en su organización. Los jefes militares pertenecerían a la familia real, la oficialidad estaría compuesta por extranjeros expertos en el arte de la guerra y se amplió el número de mercenarios.

En la época de los Ptolomeo, la organización del ejército se adecuó al formato helenístico de Alejandro Magno. El faraón se convirtió en capitán general, poseía un cuadro de oficiales y suboficiales compuesto en dos ramas: infantería (basada en la falange) y caballería (ligera y pesada). Los mercenarios siguieron empleándose.

En los tiempos de roma, el Prefecto de Campamento se encargaba de la defensa de la Provincia de Egipto. Dos legiones custodiaban el territorio.


Religión

La historia de la antigua religión egipcia está caracterizada a grandes rasgos en un proceso dialectico: monoteísmo (Tesis), politeísmo (antítesis) y sincretismo (síntesis).

Al comienzo cada pueblo del litoral del Nilo tenía su propia deidad. En el transcurso del tiempo se desarrollaron las dos regiones (Alto Egipto y Bajo Egipto) y cada una entrelazó a las deidades formando el politeísmo. El sincretismo más sobresaliente es cuando se establece el culto a Amón-Ra, la principal deidad del panteón egipcio. Sin embargo, la dialéctica vuelve aparecer con el faraón Akenatón instaurando el monoteísmo con el dios Atón. Su hijo Tutankamón inició nuevamente con el politeísmo al ser coronado en nombre de Amón y los faraones de la dinastía XIX restablecieron el sincretismo con Amón-Ra.

El sincretismo religioso se perdió en el Tercer Periodo Intermedio. A partir de la Baja Época, el culto a Amón prevaleció en paralelo al helenismo sincrético de la dinastía de los Ptolomeo que habían instaurado a la deidad Serapis como patrón de Alejandría y dios oficial de Egipto y Grecia. Con la llegada del cristianismo como religión oficial del imperio romano, el primero en desaparecer fue el culto a Serapis en el siglo V y luego el de las deidades egipcias en el siglo VI (Amón, Isis, etc.).


Deidades Principales

Nombre

Forma

Lugar principal de Adoración

Especialidad

Amón

Zoomorfo. Hombre con cuernos de carnero o carnero

Tebas

Dios de la luz, del aire y de la fecundidad

Anubis

Zoomorfo.

Hombre con cabeza de chacal

Saka  (Cinópolis)

Dios del inframundo: protegía a los muertos en la momificación y transportaba las almas a Osiris.

Horus

Zoomorfo.

Hombre con cabeza de halcón o halcón coronado

Heliópolis

Dios de los espacios vacíos, del cielo, de la guerra y de la caza

Osiris

Es un faraón con un látigo para castigar y un gancho para detener

Menfis

Dios de la muerte

Thot

Zoomorfo.

Hombre con cabeza de ibis

Hermópolis

Dios de la sabiduría, escritura, ciencia, magia y las artes

Isis

Zoomorfo.

Mujer que lleva el trono.

Isla de File

Diosa de la luna, protectora de los niños y de la fertilidad. Esposa de Osiris y madre de Horus.

Atón

Disco solar del cual desprende rayos a los fieles

Amarna (Aketatón)

Dios de la fuerza vital, la justicia y el orden cósmico.

Seshat

Mujer con una hoja de cáñamo en la cabeza. Porta una tableta de escriba y un cálamo para la escritura.

Hermópolis Magna

Diosa de la escritura, de la historia y de la construcción de los templos.

Bastet

Zoomorfo.

Mujer con cabeza de gato o un gato.

Bubastis

Diosa de las embarazada y de los partos.


Los dioses en el extranjero

En el transcurso del tiempo los arqueólogos, antropólogos, nubiólogos, egiptólogos, historiadores, etc. han encontrado en las civilizaciones y pueblos del mediterráneo y del África Subsahariana de la edad antigua templos y objetos del culto a alguna deidad egipcia. Los helenos y romanos adaptaron a los dioses egipcios en su cosmovisión, como por ejemplo el caso de Anubis que lo asociaron a la estrella Sirio, con Cancerbero o Hades. Incluso el sincretismo helenístico lo fusionó con Hermes que dio como resultado a Hermanubis.

El culto a Amón se extendió a Nubia (ciudad de Meore) y en el Levante. El helenismo de Alejandro Magno aparecería la unión epíteto de Zeus-Amón (Oasis de Siwa, Desierto de Libia) y sería representado el dios Zeus con cuernos de carnero. La deidad fue llevada a Roma como Jupiter-Amón.

El culto a Isis se extendió a Nubia y a Grecia. En el siglo IV a.C. los egipcios que residían en Atenas construyeron un templo en su honor. Con la llegada del helenismo su culto se expandió al imperio persa de los seléucidas. Con los romanos el culto se expandió en sus provincias (Britania, Hispania, Siria, etc.); los investigadores hallaron algunos templos en Palmira y Petra.


Reino Antiguo (3100 a.C. aproximadamente – 2190 a.C. aproximadamente)

Época Tinita (Dinastías I y II)

Según el historiador egipcio Manetón (Siglo III a.C.) el que unificó Egipto fue Menes de la ciudad de Tinis. Sin embargo, los egiptólogos consideran a Narmer —fundamentados en la Paleta de Narmer— el que consolidó a las dos regiones en un solo reino. Las primeras dinastías centralizaron su poder en la ciudad de Tinis, ubicada en el Alto Egipto. Realizaron tres expediciones militares: al mar Mediterráneo, lograron que los fenicios de Biblos compartieran el comercio de la madera de cedro; en la península del Sinaí, derrotaron a los beduinos lo que le dio la posibilidad de extraer cobre; y atravesaron las fronteras de Nubia en busca de piedras preciosas. La reina Merytneit (2930 a.C. aproximadamente) fue la primera reina regente del Antiguo Egipto, por ser guardiana de los príncipes Dyet (cuarto faraón) y Den (quinto faraón).

Se construyen las primeras tumbas reales en forma de mastabas.


Época de las Pirámides (Dinastías III a VI)

La capital se trasladó a la ciudad de Menfis, por su importancia estratégica en controlar el Alto Egipto y el Bajo Egipto. Los egipcios se anexionaron los territorios de la primera catarata.

Imhotep es el científico más antiguo que se tiene registro, fue un polímata (arquitecto, astrónomo, ingeniero, matemático y médico) e inventor al servicio del faraón Zoser. Es el primero en ser enterrado en una pirámide escalonada, formada por seis mastabas.

Las pirámides eran las criptas de los faraones, los únicos que podían financiar su construcción por su imponente poder adquisitivo. En la cosmovisión egipcia la pirámide conservaba la esencia del soberano hasta resucitar y ser elevado al cielo transformado en una estrella. El faraón Snefru construyó tres pirámides: Meidum, de la que actualmente se conserva su centro; Acodada o Romboidal, por su fallido intento de ser cara lisa; y la pirámide Roja, fue la primera pirámide de caras lisas.

Los faraones Keops, Kefrén y Micerino financiaron la construcción de sus pirámides en la meseta de Gizeh. Los arqueólogos y egiptólogos han catalogado un total de 118 pirámides, de las cuales el 90% fueron construidas en los tiempos del reino antiguo.

El faraón Pepi II de la sexta dinastía aumentó el poder de los nomarcas. Estos se separaron del poder central y constituyeron los nuevos poderes regionales. La consecuencia fue la desorganización económica y social, que produjo el fin del reino antiguo.


Primer Período Intermedio (2190 a.C. aproximadamente – 2052 a.C. aproximadamente)

Los nomos se hicieron cargo de sus regiones como señores feudales y se apoderaron de los tributos. Los nomos que sobresalen en este período fueron: Coptos, Heliópolis, Heracleópolis, Menfis y Tebas. Este periodo es caracterizado por la hambruna y las incursiones de los pueblos del cercano oriente.

Según el historiador Manetón la dinastía VII y VIII gobernaron unas décadas Menfis y un golpe de Estado logró que en Heracleópolis se instituyera la dinastía IX y sus continuadores fueron los de la dinastía X.

Los nomarcas de Tebas impulsaron una serie de acciones diplomáticas y enfrentamientos armados con el objetivo de restablecer la unidad.


Reino Medio (2052 a.C. aproximadamente – 1778 a.C. aproximadamente)

Época Tebana

El nomarca Intef restableció el poder central y Tebas se convirtió en capital. El faraón Mentuhotep II (2062 a.C. – 2010 a.C.) instituyó la dinastía XI y fundó el reino medio del Antiguo Egipto. Reanudó el comercio con Fenicia con el objetivo de importar la madera de cedro.

 

Época de Ity-tauy

Se convirtió en la capital de la dinastía XII. Los faraones suprimieron el poder de lo nomarcas. En defensa construyeron una serie de fortificaciones en la zona oriental y en la segunda pequeña catarata. Resistieron y rechazaron las incursiones de los hicsos. En obra literaria: “Instrucciones de Amenemhat”, un poema escrito en forma de monólogo que indica como gobernar sabiamente y dudando de las lealtades de los súbditos

En obras públicas se construyeron santuarios en Karnak en honor a la nueva deidad Amón-Ra.

Sesostris III (1874 a.C. – 1829 a.C.), expandió su territorio hasta la Baja Nubia (minas de oro). Abrió rutas comerciales a: Biblos (fenicios) por madera de cedro; Creta (civilización minoica) por los olivos y la vid; y al Sinaí por la gema turquesa.

Amenemhat III (1829 a.C. – 1799 a.C.) en: defensa, ordenó la construcción de las fortalezas de Kumma y Semna; agricultura, recuperó grandes superficies para el cultivo alrededor de El Fayum; obras funerarias, construcción de una pirámide para su hija Neferu-Ptah.

Neferusobek (1790 a.C. – 1786 a.C.), es la primera reina soberana del Antiguo Egipto. Es la última de la dinastía XII.


Segundo Periodo Intermedio (1786 a.C. – 1570 a.C.)

Los gobernantes extranjeros

El poder económico atrajo la inmigración de los pueblos de Medio Oriente, como los cananeos que se asentaron en el delta del Nilo, y la disputa política en la corte del faraón generó conspiraciones palaciegas lo que provocó la separación de los funcionarios locales, junto a las aristocracias de los nomos, acabó con la dinastía XII y la división de Egipto en dos nuevos reinos: la Dinastía XIII (1786 a.C. – 1750 a.C.), controló las zonas de El Fayum, Menfis y Tebas; y la Dinastía XIV (1786 a.C. – 1600 a.C.) ubicado en la zona de Avaris (delta oriental del Nilo y el mar Mediterráneo).

La Dinastía XIII no pudo mantener la unidad de su territorio, que se dividió en dos linajes: por un lado, los gobernantes de El Fayum y Menfis; y por el otro, los administradores de Tebas. La característica de esta dinastía, fue que el trono fue ocupado continuamente por usurpadores locales, militares e incluso extranjeros (cananeos).

La Dinastía XIV es la primera familia extranjera en constituir un reino en Egipto. En sus primeros años lograron alianzas con algunos aristócratas locales y expulsaron a los opositores. El pequeño reino se constituyó alrededor de la ciudad puerto de Avaris. Logró tener el comercio marítimo con Biblos. Su primer rey fue Nehesy “El Nubio” (1761 a.C. – 1758 a.C.).

La constante inmigración y el aumento de extranjeros en el Bajo Egipto terminó con la expulsión de las autoridades locales y la instalación de los Hicsos (1650 a.C.) como la Dinastía XV. El término Hicsos quiere decir “caudillos extranjeros”. Los egiptólogos, arqueólogos e historiadores no pudieron determinar a qué pueblo del Medio Oriente fueron nombrados como hicsos (amorreos, cananeos, fenicios, hititas, hurritas, etc.). Sin embargo, como su propio término lo indica, dado el contexto de inmigración de la época podría ser que fueron diversos gobernantes extranjeros y no de un pueblo específico. Los hicsos lograron controlar el norte y centro del país con nuevas tácticas militares y el empleo del carro de guerra.

En 1650 a.C. en Tebas, se fundó la Dinastía XVI. Este nuevo Estado faraónico estaría encerrado: en el norte, dominaban los Hicsos; y en el sur, el reino de Kush (norte del actual Sudán). Los hicsos invadieron Tebas, pero fueron expulsados raudamente. Su irrupción generó un nuevo linaje tebano conocido como la Dinastía XVII. Los egiptólogos e historiadores consideran que los faraones Intef V (1625 a.C. – 1622 a.C.) y Rahotep (1622 a.C. – 1619 a.C.) fueron los fundadores de esta familia de soberanos en Tebas. Los faraones debieron pagar tributo a los hicsos y permitir guarniciones militares de estos en su territorio a cambio de mantener la paz.

El reino de Kush y los hicsos, con la intención de fragmentar el territorio de los tebanos, apoyaron al príncipe Nedyeh en la fundación de un reino que se extendía desde Asuán hasta la segunda catarata. La capital del reino se estableció en la ciudad de Buhen (actual frontera entre Egipto y Sudán).

El faraón Senajtenra Ahmose (1588 a.C. – 1584 a.C.) con el fin de impulsar la unificación y expulsar a los extranjeros, decidió ascender a una de sus esposas: Tetisheri. Esta reina se le otorgó los títulos de: Esposa Principal; Dadora de Heredero y Gran Esposa Real (para encargarse de la política de alianza con los señores locales). El faraón inició la guerra de independencia y murió en combate; Tetisheri continuo el conflicto. Su hijo Kamose (1579 a.C. – 1575 a.C.) se hizo cargo de la campaña. La victoria tebana de Buhen y la reconquista de este territorio aseguro el camino hacia la unificación.


Reino Nuevo (1570 a.C. – 1069 a.C.)

Época Dorada

A la muerte de Kamose, asumió su hermano Amosis (1575 a.C. – 1550 a.C.) fundador de la Dinastía XVIII. Derrotó a los ejércitos hicsos del rey Apofis e invadió la capital (Avaris). Expulsó a los hicsos de Egipto y los persiguió hasta Palestina. Unificó el país con capital en Tebas.

El Antiguo Egipto bajo la administración de Amenofis (1550 a.C. – 1530 a.C.) y Tutmosis (1530 a.C. – 1517 a.C.) se convirtió en una potencia económica y militar. Sometieron a Nubia y realizaron expediciones militares hasta el río Éufrates. Implementaron un carro de silla, que consistía una versión mejorada del carro de guerra, con un eje en dos ruedas y una silla colocada sobre un poste vertical en la barra de tiro por encima del eje. Combinaron el carro, con el caballo y arcos compuestos en un ejército.

La reina-faraón Hatshepsut (1513 a.C. – 1490 a.C.) se dedicó al emprendimiento de obras públicas como templos con terrazas (Der el Bahari). Estableció el comercio con Punt (ubicado en las costas actuales de Eritrea, Yibuti y el norte de Somalia).

El faraón Tutmosis III (1490 a.C. – 1443 a.C.) en política interior: limitó la influencia del Clero de Amón, los indemnizó entregándoles nuevas tierras de cultivo y en el templo de Amón en Karnak construyó siete obeliscos. En política exterior el Antiguo Egipto alcanzó su máxima expansión territorial: en África, sometió a los nubios y llegó hasta la cuarta catarata; en Asia, derrotó a la alianza de los cananeos y al reino Mitanni de los hurritas en la batalla de Megido, luego desde Cilicia (la costa sur oriental de Turquía) hasta el Éufrates; y en el mar Mediterráneo, conquistó la isla de Chipre. A su muerte le sucedió su hijo Amenofis II (1443 a.C. – 1417 a.C.), quien sostuvo las conquistas ganadas de su padre, mejoró las relaciones comerciales con Asiria, Babilonia, Creta, las islas del Egeo, Hititas y Mitanni.

El faraón Tutmosis IV (1417 a.C. – 1407 a.C.), en política exterior mantuvo la paz a través de enlaces matrimoniales con los diversos reinos de la época. En política interior, su década de gobierno estará marcada por la rivalidad entre el poder real y el poder del clero de Amón. Su hijo Amenofis III (1407 a.C. – 1377 a.C.) introdujo el culto monoteísta a Atón (disco solar), excluyendo a las divinidades locales con el fin de disminuir el poder del clero de Amón. Su sucesor Akenatón (1352 a.C. – 1335 a.C.), es el primer reformador religioso de la historia, al prohibir el culto a las demás divinidades y ser el representante de Atón en el mundo mortal; construyó una nueva capital en su honor. Nombró a su esposa Nefertiti Gran Esposa Real y corregente de las funciones administrativas de palacio.

Tutankamón (1334 a.C. – 1325 a.C.), fue presionado por el clero de Amón y la aristocracia militar para restituir a Tebas como capital. Horemheb (1323 a.C. – 1295 a.C.) fue el último de la dinastía XVIII.

Ramsés (1295 a.C. – 1294 a.C.), fue visir del último faraón de la dinastía XVIII. Es el fundador de la dinastía XIX. Le sucedió su hijo Seti (1274 a.C. - 1279 a.C.), el cual pacificó a Egipto y sometió al clero de Amón. Aumentó el poder del Estado con la acumulación de oro extraído de las minas de Nubia.

Ramsés II (1279 a.C. – 1213 a.C.), se enfrentó a Muwatalli II (rey de los hititas) en la batalla de Qadesh (1274 a.C.) por el territorio de Fenicia, Palestina y Siria. En 1259 a.C. se llegó a la paz entre ambas potencias con el tratado de Qadesh, aceptado por Ramsés II y Hattusili III, el cual estableció al río Orontes como frontera; lo que permitió una nueva apertura comercial entre ambos reinos. La paz se consolidó cuando Ramsés II se casó con la hija del rey hitita y la nombró Gran Esposa Real. El tratado de Qadesh, es el tratado de paz más antiguo que se conoce.

Seti II (1200 a.C. – 1194 a.C.) y su esposa Tausert (1194 a.C. – 1188 a.C.) fueron los últimos soberanos de la dinastía XIX. La sublevación del Bajo Egipto puso a la cabeza del Estado a Sethnajt (1186 a.C. – 1184 a.C.) como nuevo faraón y fundador de la dinastía XX.


Época Ramésida

Se denomina de este modo a 114 años de gobierno de los faraones llamados Ramsés.

Ramsés III (1184 a.C. – 1153 a.C.) reorganizó el gobierno basándose en la división de clases dentro del trabajo administrativo: los miembros de la Corte; funcionarios provinciales; militares y agentes en el mantenimiento de obras públicas. En economía la civilización del Antiguo Egipto volvió a prosperar con las cosechas del interior del reino y los tributos de los pueblos sometidos (Canaán y Nubia). En política exterior destruyó la flota invasora de los pueblos del mar en el Nilo.

Peculiaridad: la primera huelga documentada de la historia. Los obreros se negaron a seguir trabajando en la construcción de su tumba ante el retraso del pago y la demora en la repartición de la cerveza.

Sus sucesores continuamente debieron sofocar rebeliones internas de diversas índoles, lo que debilitó la política exterior egipcia con las independencias de Nubia y Palestina. La casta sacerdotal se hizo con el control económico del reino.

Ramsés XI (1099 a.C. – 1069 a.C.) no pudo mantener la centralización del Estado y gradualmente se fragmentó el poder de las instituciones.


Tercer Periodo Intermedio (1069 a.C. – 715 a.C.)

En 1070 a.C. el político militar y sacerdote Herihor (Virrey de Kush, Jefe del Ejército en Tebas y sumo sacerdote de Amón), pariente directo de Ramsés XI, aprovechó las rebeliones internas autoproclamándose Faraón. Sin embargo, su poder estaba reducido al distrito de Tebas. Estableció una dinastía regional (1070 a.C. – 775 a.C.) con una forma de gobierno teológica en la cual todos sus sucesores llevarían el título de Sumo Sacerdotes de Amón.

En 1069 a.C. falleció Ramsés XI y fue sepultado por el militar libio Esmendes. Al enterrarlo, según la legislación egipcia le dio el derecho de tomar el título de Faraón y controló el Bajo Egipto. Fue el fundador de la dinastía XXI (1069 a.C. – 945 a.C.). Su linaje gobernó desde la ciudad de Tanis. En el transcurso del tiempo su influencia se vería reducida a la parte oriental del Bajo Egipto.

Alrededor del año 1000 a.C. los caudillos libios que controlaban al ejército se asentaron en el Delta del Nilo, en la ciudad de Bubastis, paulatinamente extendieron su influencia política al Fayum y para afianzar su poder en la sociedad se convirtieron en sacerdotes. Sheshonq, hijo de uno de estos caudillos sacerdotes, se casó con una de las hijas del faraón libio Psusenes II y tomó el poder con la muerte de su suegro en el 945 a.C.; fundó la dinastía XXII. Esta nueva familia real de origen libio gobernó la parte oriental del Bajo Egipto hasta la muerte del faraón Osorcón IV (715 a.C.).

Hasta el Año 850 a.C. el Bajo Egipto se dividía políticamente en tres Estados independientes de origen libio: en la zona occidental, gobernaban una confederación de caudillos sostenidos bajo un régimen feudal; en la zona central y norte (litoral mediterráneo) se había fundado el Reino de Meshwesh; y la zona central y oriental regían los faraones de la dinastía XXII.

Alrededor del 845 a.C. el Alto Egipto, administrado por el Sumo Sacerdote de Tebas no pudo evitar que el nomo de Heracleópolis se sublevara bajo el dominio del caudillo Dyedpetahiefanj, el cual fundó un Estado independiente proclamándose Rey de Heracleópolis. Los historiadores antiguos nombraron a este reino como Heracleópolis Magna (845 a.C. – 720 a.C.).

La zona oriental del Bajo Egipto era el centro del comercio del mundo Mediterráneo por su posición geográfica. Los faraones libios de la dinastía XXII no pudieron evitar que una de las islas del Delta del Nilo se revelara y creara su propio reino con capital en la ciudad de Leontópolis y disputara el poder en la zona. Este nuevo reino de origen libio sería fundado por Badibastet en el 818 a.C., miembro de la familia real de la dinastía XXII y de la familia del Sumo Sacerdote de Tebas, que aprovechó las intrigas palaciegas y las guerras civiles del Alto Egipto y del Bajo Egipto; logró fundar la dinastía XXIII (818 a.C. – 715 a.C.).

Las guerras civiles aumentarían por el control de Menfis, un nomo disputado por ser el límite entre al Alto Egipto y el Bajo Egipto.

La dinastía XXIII se encargó de fragmentar al Estado de Tebas del Alto Egipto, controlado por el Sumo Sacerdote, con el apoyo político y enlace familiar al lograr constituir dos nuevos Estados independientes; a lo que los historiadores antiguos llamaron: Hermópolis Magna (747 a.C. – 715 a.C.) y Licópolis (747 a.C. – 715 a.C.).

En el 727 a.C. en la zona occidental del Bajo Egipto (confederación de caudillos), el caudillo Tafnajt de la ciudad de Sais se hizo con el control de la confederación y fue nombrado Gran Jefe del Oeste y emprendió las campañas militares sobre Menfis; fundó la dinastía XXIV (727 a.C. – 715 a.C.).



Baja Época (715 a.C. – 476 d.C. aproximadamente)

El Reino Unido del Nilo

La continua fragmentación de la región en pequeños Estados y la crisis diplomática por los diversos enfrentamientos en la búsqueda de apropiarse de puntos estratégicos para el comercio, dio el momento preciso para que el monarca Piye (747 a.C. – 716 a.C.) del Reino de Kush (región de Nubia) se aventurara a la conquista del territorio egipcio. Piye utilizó los dos instrumentos de la política (diplomacia y guerra), logrando capturar las regiones del Alto Egipto y el Medio Egipto, y el sometimiento tributario de los Estados de Leontópolis y Tanis en el Bajo Egipto. Piye fue el fundador de la dinastía XXV (744 a.C. – 664 a.C.) al autonombrarse soberano del Alto Egipto e iniciar la recuperación de su propiedad. Los historiadores del mundo antiguo denominarían a la dinastía XXV como la dinastía de los faraones negros. Piye se mostró conciliador con las familias nobles egipcias, en vez de mostrarse como un conquistador buscando someter a la población, constituyó la unidad entre Kush y Egipto al colocarse una corona con dos cobras. Había nacido el Reino Unido del Nilo

Sabaco (716 a.C. – 702 a.C.), le sucedió a su hermano Piye como indica la tradición kushita de sucesión preferente entre hermanos, antes que el primogénito o hijos del primer hermano. Capturó y quemó a Bakenrenef (II Gran Jefe del Oeste) y con aquel suceso eliminó a la dinastía XXIV. Concluyó la unión del Nilo que había comenzado su hermano. El floreciente reino se alió con Azoto (reino filisteo), Edom, Judá y Moab contra el Imperio Asirio. Sargón II abatió a los aliados y dejó al descubierto que las civilizaciones del Nilo militarmente no estaban a la altura de los asirios. En cultura, empezó el renacimiento artístico egipcio en especial del Reino Antiguo, como por ejemplo la pirámide El Kurru (tumba de Sabaco).

Sebijos (702 a.C. – 690 a.C.), hijo de Piye, envió un ejército al mando de su hermano Tarcos apoyando la rebelión de Jerusalén contra los asirios. Su política exterior antiasiria terminó en fracaso.

Tarcos (690 a.C. – 664 a.C.) y su ejército no pudieron resistir el avance asirio en el Bajo Egipto y trasladó el gobierno a Tebas. Asurbanipal: convirtió al Bajo Egipto en un Estado Tributario; nombró al nomarca de Sais (Necao) soberano de Egipto y creó la dinastía XXVI; y saqueó las ciudades de Menfis y Tebas. El faraón Tarcos se replegó a la antigua capital de Kush (Napata).

Tandamane (664 a.C. – 653 a.C.), hijo de Sabaco, organizó una campaña de reclutamiento de toda la región de Nubia y reconquistó Egipto. En 661 a.C. los asirios invadieron nuevamente el Bajo Egipto y saquearon Tebas en nombre de Asurbanipal. Tandamane prevalecería como rey de Kush y faraón de Egipto, empero su poder llegaba hasta el Alto Egipto; hasta el año 656 a.C., cuando esta región fue tomada diplomáticamente por Psamético. Tamdamane fue el último faraón de la dinastía XXV y del Reino Unido del Nilo.


Los últimos faraones nativos

Necao (672 a.C. – 664 a.C.), nomarca de Sais, nombrado por Asurbanipal gobernador de Egipto, intentó huir del bajo Egipto ante la avanzada de las fuerzas de Tandamane, pero fue asesinado.

Psamético (664 a.C. – 610 a.C.), hijo de Necao, fue el fundador de la dinastía XXVI. Apoyado por los asirios, controló el Bajo Egipto y su armada tomó pacíficamente Tebas. Unificó Egipto al asegurar a los nobles locales del Alto Egipto mantener sus privilegios. Rompió la unidad con el Reino de Kush. Psamético, aprovechó la guerra civil de los asirios, obtuvo pacíficamente la independencia y se proclamó faraón. Le sucedió su hijo Necao II (610 a.C. – 595 a.C.), se alió con los asirios en oposición a los caldeos, con la intención de: crear un Estado tapón en Palestina; tener a Mesopotamia dividida en dos Estados; y convertir a Egipto en una potencia económica y política. Empero, los aliados fueron derrotados en la batalla de Carquemis (605 a.C.). Los egipcios retornaron a sus fronteras en el Sinaí. Necao II contrató a fenicios y jonios constituyendo dos flotas: la del Mediterráneo africano y la del Mar Rojo.

Psamético II (595 a.C. – 589 a.C.), en su breve administración preparó un ejército al mando del general Amasis e invadió hasta el centro del reino de Kush; no obtuvo ninguna anexión territorial. Le sucedió su hijo Apries (589 a.C. – 570 a.C.): en política exterior, no pudo ayudar al Reino de Judá contra los caldeos de Nabucodonosor, ni a los libios ante la expansión de la colonia de los dorios de Cirenaica; y en política interior, se desató una guerra civil que terminó con su gobierno. Amasis capturó y ajustició a Apries, terminando con la dinastía XXVI.

Los rebeldes proclamaron faraón a Amasis. El nuevo soberano (569 a.C. – 526 a.C.) controló el territorio hasta la primera catarata y la isla de Chipre. En su régimen Egipto ingresó al mercado del mundo heleno como productor de materias primas. Los mercenarios y comerciantes griegos que habían entablado un negocio estable con Apries, fueron beneficiados con Amasis el cual les otorgó una colonia en el delta del Nilo: La Ciudad de Naucratis. Esta colonia favoreció comercialmente a la Liga Jónica, Corinto y Egina. Amasis entabló la paz con Bato II (rey de la Ciudad-Estado de Cirene), por la cuestión de la región de Cirenaica, y la aseguró con el enlace matrimonial contraído con la princesa Laódice. Se alió con el tirano de Samos (Polícrates) y con el rey de Lidia (Creso Mermnada) ante el avance de Persia. La alianza fracasó con la ruptura de Polícrates que se pasó al bando persa. A su muerte le sucedió su hijo Psamético III (526 a.C. – 525 a.C.), el cual no pudo fundar una dinastía, fue derrotado en la batalla de Pelusio; y el ejército persa fue recibido por los colaboracionistas, como el caso del jefe de la marina egipcia Udyahorresnet quien se sublevó a favor del invasor.


La Satrapía

Entre el 527 a.C. y el 525 a.C. el sha Cambices II conquistó Egipto y lo anexionó al Imperio Persa. Egipto se convirtió en una satrapía (provincia). El título de faraón fue tomado por el conquistador, incorporándolo dentro del título de Sha (Rey de Reyes o Emperador). Cambices II retornó a Persia y dejó en el cargo de Sátrapa (protector del reino o gobernador) a Ariandes.

A partir de Cambices II los emperadores persas de la dinastía Aqueménida tomarían el título de faraón y Maneton en su obra “Historia de Egipto” los designaría como la dinastía XXVII. Los Sátrapas (Ariandes, Ferendates, Aquémenes, Arsames) se encargaron de la administración del Estado, de la recaudación del impuesto en moneda (dárico), mantuvieron las costumbres y consensuaron con las familias locales los pequeños espacios de poder en las regiones. Egipto permanecería como provincia persa 121 años (525 a.C. – 404 a.C.).


El breve periodo independiente

La guerra palaciega del Imperio Persa, generada por Darío II (423 a.C. – 404 a.C.), provocó las rebeliones de los pueblos sometidos. Amenirdis, descendiente de los reyes de Sais, inició la guerra de independencia expulsando a los imperiales de la zona occidental del Bajo Egipto. Los rebeldes lo proclamaron faraón (404 a.C. – 399 a.C.), empero únicamente controlaba el territorio mantenido por sus huestes. Su administración se mantuvo, porque Artajerjes II debió sofocar el alzamiento de su hermano Ciro el Joven (401 a.C.). La Diarquía de Esparta (Pausanias Aguíadas y Aguis II Euripóntidas) invadió las satrapías en Anatolia, Amenirdis se alió con los espartanos enviándoles trigo para alimentar a las tropas en campaña a fin de mantener a los persas ocupados en Asia Menor. Al no dejar descendencia, fue el único de la dinastía XXVIII.

Neferites, sucesor de Amenirdis, concluyó la guerra de independencia con la expulsión de los imperiales de todo Egipto. Es el fundador de la dinastía XXIX y su capital es la ciudad de Mendes. Su administración (398 a.C. – 392 a.C.) abrió el libre comercio con los pueblos del mediterráneo y Egipto volvió alzarse con su poder económico en la geopolítica internacional de su época. Esto se refleja en la guerra de Corinto (395 a.C. – 387 a.C.), donde los faraones (Neferites, Mutis y Psammutis) apoyaron con alimentos y transporte marítimo a los espartanos contra la Liga de Corinto (Argos, Atenas, Corinto y Tebas), y esta recibió el financiamiento en oro por parte de los persas. Los egipcios necesitaban a los espartanos para mantener su independencia y los persas financiaban a distintos bandos del mundo heleno con el fin de debilitarlos y reconquistar sus antiguos territorios de la costa Mediterránea.

El faraón Acoris (391 a.C. – 379 a.C.) decidió cambiar la amistad de Esparta por la de Atenas. El motivo fue que sus servicios de inteligencia le informaron que Artajerjes II: por un lado, favorecía abiertamente a la flota de Conon, y en secreto a los espartanos; y por el otro, paulatinamente estaban aumentando la proporción de hombres y caballos de su ejército en la satrapía de Eber-Nari (Israel, Jordania, Libano y Palestina). El faraón decretó la leva y dedujo que Esparta no podría socorrerlo, debido a la flota ateniense. En el 389 a.C. Acoris se alió con la Polis de Atenas, y en el 387 a.C. ayudó a Evagoras a recuperar su trono en el Reino de Salamina (costa oriental de Chipre) cambiando la política del mediterráneo oriental a favor de Egipto. Artajerjes II terminó con la Guerra de Corinto en la paz de Antálcidas y decidió intervenir Egipto. Entre el 385 a.C. y 383 a.C. los egipcios repelieron las incursiones de los persas, y con la ayuda de los mercenarios atenienses del estratega Cabrias los egipcios atacaron Cilicia y Fenicia.

Jeperkara Najtnebef (378 a.C. – 361 a.C.), derrocó a Neferetis II (hijo de Acoris, último de la dinastía XXIX) y se proclamó faraón instalando la dinastía XXX. Le sucedió su hijo Teos (361 a.C. – 359 a.C.), el cual emprendió una serie de reformas económicas: instauró la moneda, aumentó los impuestos y eliminó los privilegios de la casta sacerdotal. Se alió con la Diarquía de Esparta (Cleómenes II Agíadas y Agesilao II) y la República de Atenas contra el Imperio Persa. En el 360 a.C. los aliados ocuparon Fenicia. Empero, Artajerjes II y los Sacerdotes de Sais ayudaron a Tyahamipu (hermano del faraón) en un golpe palaciego, y Teos fue reemplazado por su sobrino Senedyemibra Najthorhabet. En su gobierno (359 a.C. – 343 a.C.), Egipto fue conquistado por los persas.


La coyuntura Aqueménida

Artajerjes III (341 a.C.), restauró a la dinastía XXVII en Egipto, la cual permaneció como provincia persa durante nueve años; controlado nuevamente por los sátrapas (Ferendates, Sabaces y Mazaces).


Época Helenística

Alejandro Magno derrotó a Darío III en la batalla de Issos (noviembre del 333 a.C.), luego avanzó y derrotó al comandante Batis en la fortaleza de Gaza. Los egipcios vieron a Alejandro como un libertador y se unieron a los griegos en la expulsión de los persas. El sacerdote del oráculo de Amón aseguró a Alejandro su filiación divina, una deidad en vida y la población lo nombró Faraón. Es el iniciador de la dinastía XXXI (Argéaga). En el 331 a.C. Alejandro dejó a Cleómenes de Náucratis en el cargo de receptor de los tributos de los nomos, pero este funcionario pronto adquirió poder comportándose como un sátrapa y valiéndose de su función armó una telaraña de corrupción con respecto a los impuestos de exportación.

El 10 de junio del 323 a.C. Alejandro Magno falleció en Babilonia y dejó al general Pérdicas como Regente de su imperio. Pérdicas reorganizó provisoriamente a los territorios instituyendo de nuevo las satrapías y designó a Ptolomeo Lágida como sátrapa de Egipto y Cirenaica. En el 322 a.C. el servicio de inteligencia de Ptolomeo en la corte le informó que el Regente planeó casarse con la princesa Cleopatra (hermana de Alejandro) y en secreto proyectó enterrar a Alejandro. Ptolomeo ejecutó a Cleómenes de Náucratis (partidario de Pérdicas), expropio sus bienes (valor de 8000 talentos) e inició las guerras de los diádocos (sucesores) sustrayendo los restos de Alejandro de la procesión fúnebre anulando el derecho cultural a Pérdicas de proclamarse heredero al trono. Estos enfrentamientos se desarrollaron entre el 322 a.C. hasta el 281 a.C., finalizando en la batalla de Curopedio. El Imperio Alejandrino se dividió en tres reinos con dinastías helenísticas: Egipto y Chipre, bajo los Ptolomeo; Macedonia, bajo los Antigónidas; y Persia, bajo los seléucidas.

Ptolomeo se autoproclamó Faraón (305 a.C. – 282 a.C.); es el fundador de la dinastía XXXII. Él y sus sucesores administrarían Egipto desde una nueva capital: Alejandría. Patrocinó la instauración de un museo, a diferencia del museo heleno, su característica principal era parecido al de universidad. Los académicos y científicos se dedicaron a la enseñanza y a la investigación.

Ptolomeo II (282 a.C. – 246 a.C.) perdió su influencia geoestratégica en el Mediterráneo Oriental (Atenas, Egeo, Fenicia y Siria) y a fin de contrarrestar la situación, se dedicó a fundar ciudades portuarias en la costa del Mar Rojo con inmigrantes helenos a fin de mejorar el comercio con Arabia e India. En economía tenía dos propósitos: el conservador, mantener a Egipto como el granero del mundo mediterráneo; y el liberal, convertir a Egipto en el nexo comercial entre las civilizaciones del Mediterráneo y las civilizaciones de la India. Amplió la biblioteca y el museo de Alejandría, se convirtió en mecenas de las artes y las ciencias. En la isla de Faro construyó una torre de señalización luminosa como aviso ribereño para los buques a fin de evitar que encallen en la costa.

Ptolomeo III (246 a.C. – 222 a.C.) amplió el territorio de Egipto en África con la anexión de Cirenaica, al contraer matrimonio con la princesa Berenice de Cirene. Utilizó la muerte de su hermana y su sobrino como justificativo de iniciar la guerra contra los persas seléucidas. Invadió Siria y llegó hasta la región de Babilonia, empero, debió retornar a Egipto para sofocar una rebelión. Recuperó más de 2500 imágenes de las deidades egipcias, que habían sido tomadas por los Aqueménidas; y el botín de guerra fue calculado en 40000 talentos.

Ptolomeo IV (221 a.C. – 203 a.C.), no quiso gobernar y delegó la administración egipcia a un favorito. Su reinado está caracterizado por intrigas palaciegas. En el 205 a.C. la ciudad de Tebas se sublevó y proclamó al nubio Horunnefer Faraón; controlaría parte del Alto Egipto. Ptolomeo IV antes de fallecer dejó un regente a la custodia de su hijo, hasta que fuera competente para gobernar.

Ptolomeo V (196 a.C. – 181 a.C.), su coronación se realizó en Menfis (Piedra Rosetta). Sofocó y recuperó el territorio rebelde que estaba regido por Anjunnefer (sucesor de Horunnefer). Antes de fallecer nombró a su esposa Cleopatra de Siria regente de su hijo.

Ptolomeo VI (176 a.C. – 145 a.C.) al no tener a la corte bajo su control, debió compartir el poder de Faraón en una triarquía con sus dos hermanos (Cleopatra y Ptolomeo VIII). Esto llevó al aumento de intrigas, guerras civiles y la participación indirecta de algunas Polis griegas, Macedonia, Persia y Roma. Ptolomeo Apión (hijo de Ptolomeo VIII) decidió no intervenir en las guerras civiles por el título de Faraón y se proclamó Rey de Cirenaica (116 a.C. - 96 a.C.). Al fallecer no tenía sucesor, en su testamento entregó legalmente Cirenaica a la República de Roma.

En el siglo I a.C. la población de Egipto se estimó cerca de los 5.000.000 de habitantes, de los cuales el 10% residía en la capital.

Ptolomeo XII (76 a.C. – 51 a.C.) se dedicó a la juerga y no le interesó que Roma tomara Chipre. Los helenísticos se sublevaron, el Faraón se refugió en Roma. Los sublevados proclamaron a su hija Berenice soberana de Egipto (58 a.C. – 55 a.C.). En el 55 a.C. el Faraón retornó a Egipto, apoyado financiera y políticamente por Marco Antonio, Aula Gabino, Pompeyo y Rabirio. Antes de morir, unió en matrimonio a sus dos hijos mayores (Cleopatra y Ptolomeo XIII) para que gobernaran en conjunto; y estarían bajo la custodia y protección de Roma. Un sector de la nobleza helenística se opuso a la presencia de Roma y el patriotismo brotó de ellos al negarse aceptar que Egipto se había convertido en un Estado Cliente. Se desató una serie de guerras civiles entre los partidarios de Cleopatra, Ptolomeno XIII, Arsínoe y Ptolomeo XIV (hijos menores de Ptolomeo XII), que fue aprovechada continuamente por Roma; al final, Cayo Julio Cesar impuso a Cleopatra como Reina de Egipto.

Cleopatra (48 a.C. – 30 a.C.) estrechó aún más los lazos con Roma al darle progenie a Cayo Julio Cesar: el príncipe Ptolomeo Cesar (47 a.C.). En el 46 a.C. Cleopatra y su hijo acompañaron a Julio Cesar a Roma. A la muerte de Cesar (44 a.C.), Cleopatra regresó a Alejandría. Augusto, Marco Antonio y Marco Emilio Lépido se unieron contra los opositores y asesinos de Cesar. Cleopatra apoyó financieramente a Marco Antonio. El triunviro Marco Antonio obtuvo los territorios de Anatolia, Chipre, Cirenaica, Fenicia, Grecia, Macedonia y Siria. En el 41 a.C. Cleopatra y Marco Antonio se reunieron en Tarso, e iniciaron una relación amorosa. Cleopatra le dio tres hijos: los mellizos Alejandro Helios y Cleopatra Selene (40 a.C.), y Ptolomeo Filadelfo Antonio (36 a.C.). El problema residió en la paz política, Marco Antonio se casó con Octavia la Menor (hermana de Augusto) en el 40 a.C. a fin de evitar la guerra civil. Sin embargo, en el 37 a.C. Marco Antonio abandonó a su esposa por su amante (Cleopatra) provocando una crisis interna en la política romana. En el 34 a.C. Marco Antonio invadió Armenia, capturó al rey Artavasdes II y lo llevó a Alejandría (31 a.C. ejecutado por Cleopatra). En la capital egipcia declaró disuelta la alianza con Augusto y proclamó a sus hijos: Alejandro Helios soberano de Armenia; Cleopatra Selene soberana de Cirenaica; y Ptolomeo Antonio soberano de Cilicia y Siria. También se autonombró tutor del príncipe Ptolomeo Cesar, al cual lo proclamó Faraón de Egipto y Emperador; y heredero legítimo de Cayo Julio Cesar. En el 33 a.C. finalizó el periodo de mandato de los triunviros y Augusto asumió el cargo de cónsul y atacó las Donaciones de Alejandría de Marco Antonio e inició una nueva guerra civil romana que involucró a Egipto. El 2 de septiembre del 31 a.C. Marco Antonio y Cleopatra fueron derrotados en la batalla naval de Accio. A finales de julio del año 30 a.C. Augusto invadió Egipto. Cleopatra y Marco Antonio se suicidaron a principio de agosto. Ptolomeo Cesar fue proclamado como Ptolomeo XV (30 a.C.), fue asesinado por Augusto.


Provincia Romana

A partir del año 30 a.C. Egipto se convirtió en una provincia romana. Desde el 27 a.C. hasta el 476 d.C. quedó sujeto al boato de los emperadores romanos de: los Julio Claudia (dinastía XXXIII), los Flavio (dinastía XXXIV), los Antoninos (dinastía XXXV), los Severos (dinastía XXXVI), los Cloro (dinastía XXXVI), los Teodosiano (dinastía XXXVII) y los León (dinastía XXXVIII).

Si bien Egipto era una provincia romana, en el cargo administrativo de gobernador lo ocupaba el prefecto nombrado directamente por el emperador (Prefecto Augusto de Egipto). El prefecto controlaba el ejecutivo y el judicial, y era el supervisor del censo (se realizaba cada 14 años), el control fiscal, los actos litúrgicos (religiosos), construir o ampliar los archivos del Estado provincial.

El primer prefecto de Egipto fue Cayo Cornelio Galo (30 a.C. – 26 a.C.), anuló una rebelión en Tebas y estableció el comercio con los etíopes.

El prefecto Elio Galo (26 a.C. – 24 a.C.) fracasó en su expedición de conquistar Arabia Felix (Himyar y Saba) y sofocó una revuelta de los nubios en las fronteras del Alto Egipto.

En la administración del emperador Tiberio (14-37) la superficie de Egipto era aproximadamente de 28.000 km2 con una población cercana a los 7.000.000 de habitantes.

Durante el siglo I d.C. Egipto gozó de una gran prosperidad económica y social.

En mayo del año 66, por orden del emperador Nerón, asumió el cargo de prefecto Tiberio Julio Alejandro (66-69). Intentó poner fin a los enfrentamientos entre hebreos y helenos en Alejandría. Asumió en el periodo de la primera guerra judeo-romana (66-73) en la Provincia de Judea (6-135).

El prefecto Cayo Vibio Máximo (103-107) fue acusado por mal uso de la administración, es detenido y condenado por orden del emperador Trajano.

En el 107 desde las provincias de Egipto, Judea y Siria los romanos ocuparon una parte del territorio de los nabateos al que nombraron Arabia Pétrea.

El emperador Trajano decidió emprender una guerra contra los partos en Mesopotamia (114-117). Los pueblos semitas se levantaron contra la invasión romana y los judíos hicieron lo propio en las provincias romanas. El prefecto Marco Rutilio Lupo (113-117) sofocó la revuelta judía en Alejandría.

El 30 de octubre del año 130, por orden del emperador Adriano se fundó la ciudad de Antinoópolis; en honor a Antinous (amante del emperador).

La antigua religión egipcia fue reemplazada paulatinamente por el cristianismo desde Alejandría.

En el 172 estalló una rebelión de los nativos dirigida por el sacerdote Isidoro contra la administración del prefecto Cayo Calvisio Estatiano (170-175), debido a los excesivos impuestos del emperador Marco Aurelio. En el 175 la rebelión fue suprimida por el gobernador de Siria Palestina Cayo Avidio Casio, el cual, aprovechando las intrigas palaciegas en Roma en proclamarse emperador, sin embargo, solamente gobernó cien días Egipto y Siria; fue asesinado por un centurión.

El 28 de marzo del 193 era asesinado el emperador Publio Helvio Pertinax, lo que provocó una guerra civil por quien ocuparía su trono. A mediados de abril, el gobernador de Siria Palestina, Cayo Pescenio Níger, aprovechó la situación y con el apoyo de las legiones de oriente (Asia, Egipto y Siria) en la capital de su provincia (Antioquía) los militares lo proclamaron emperador. Níger consciente de su debilidad militar logró una alianza con Vologases V (Imperio Parto, en decadencia) y avanzó sobre Bizancio y Tracia. Sin embargo, debió replegarse ante el avance de Severo. En el 194 las fuerzas de Severo derrotaron a las tropas orientales en Issos, Níger intentó huir a Partía, pero fue asesinado cerca de la frontera.

Al final del siglo II, la población de las capitales provinciales de África (Cartago), Egipto (Alejandría) y Siria Palestina (Antioquía) se estimaba alrededor de 200.000 habitantes cada una.

En el 202 el emperador Lucio Septimio Severo proveyó a todas las capitales provinciales, incluida Alejandría, de una Constitución.

En el 212 el emperador Caracalla promulgó su Constitución Antoniana, en la cual declaró a todos los hombres libres, que sirvieran al imperio dentro de sus provincias, desde Siria a Hispania y Egipto a Britania, en ciudadanos romanos. Por lo tanto, los hombres libres al adquirir la ciudadanía romana tendrían más derechos y pagarían más impuestos.

En el equinoccio de primavera del 214 Caracalla emprendió una gira a las provincias orientales. En diciembre de 215 llegó a Alejandría. En el solsticio de invierno emprendió con sus tropas el castigo y saqueo a la ciudad por la publicación satírica de su fratricidio hacia su hermano. Se destruyó parcialmente el museo.

En medio de las guerras civiles por el trono de Roma, el cónsul Septimio Odaenathus aprovechó las circunstancias de crear un Estado independiente (260-267): El Reino de Palmira (Actuales Israel, Líbano, Palestina y Siria). A la muerte del Rey, su esposa Zenobia en nombre del príncipe Vabalato asumió como Regente. Aprovechó las disputas internas tanto en Roma como en Persia para convertir su modesto país en un respetable Estado. En 269 Zenobia ocupó Egipto, por sus abundantes recursos, y se autoproclamó Reina de Egipto; y acuñó monedas en su nombre, simbolizando su poder. Ejecutó al prefecto Tenagino Probo (269-270). En el 270 asumió el emperador Aureliano, emprendió una serie de campañas que eliminaron a Palmira y restableció el control territorial en las provincias orientales en el 272; asumió provisoriamente Statilio Ammiano como prefecto (271-273).

A mediados del 292, el emperador Diocleciano inició la tratativa de instituir la Tetrarquía. En Egipto, los funcionarios Aurelio Aquileo y Lucio Domicio Domiciano, aprovecharon la inestabilidad romana, derrocaron al prefecto Rupilio Felix (292-293) y se autoproclamaron emperadores. Diocleciano envió una expedición a destituir a los usurpadores; fueron destronados y asesinados en Alejandría (298).

En el 313 los emperadores Constantino y Licinio promulgaron el Edicto de Milán que estableció la libertad de culto, lo que permitió la legalidad de la Iglesia de Egipto. En 326, en Alejandría se produjo el primer cisma cristiano entre la iglesia católica apostólica romana representada por el obispo Atanasio y los arrianos del sacerdote Arrio. A partir de ese momento comenzó la destrucción de los templos de los antiguos dioses egipcios y helenos llamados templos paganos.

El 11 de mayo del 330 se funda la ciudad de Nueva Roma (Constantinopla) como capital del Imperio Romano. Constantino determinó que la nueva capital tendría un mejor movimiento económico y de mayor control militar sobre la provincia más rica de Roma: Egipto.

El 22 de mayo del 337 fallecía Constantino, sus tres hijos se repartieron el imperio (9 de septiembre). Su segundo hijo, Constancio II, recibió las provincias de: Asia Menor, Cirenaica, Egipto, Siria y Tracia. La capital de su territorio fue la ciudad de Constantinopla. Constancio II debió intervenir a los territorios de sus hermanos por disputas territoriales, suprimió a los usurpadores del trono y enfrentó a los persas sasánidas por el control de las provincias orientales. En el 353 había unificado todo el imperio con capital en Constantinopla.

El 26 de febrero del 364, asumió en circunstancias poco claras el emperador Valentiniano, el cual, ante el contexto de una nueva guerra civil, nombró a su hermano coemperador (28 de marzo). Valente recibió los territorios de: Asia Menor, Egipto, Grecia, Macedonia y Siria. En diciembre estableció su capital en Constantinopla. En la administración de Valente hasta su muerte en la batalla de Adrianópolis (9 de agosto de 378), los prefectos de Egipto fueron: Flavianus; Proclianus; Flavius Eutolmius Tatianus; Olimpius Palladius; Aelius Palladius; y Publius.

El 21 de julio de 365 se produjo el terremoto de Creta, el cual provocó un tsunami que devastó las costas de las Provincias de África, Creta y Cirenaica, y Egipto. En aquella catástrofe natural fallecieron alrededor de 5.000 personas en Alejandría.

En la administración de Teodosio (379-395) los prefectos de Egipto fueron: Hadrianus; Lulianus; Antoninus; Palladius; Hypatius; Optatus; Florentius; Paulinus; Eusebius; Flavius Ulpius Erythrius; Alexander; Evagrius; Hypatius; y Potamius. En el 391 el Patriarca Teófilo de Alejandría, destruyó el templo pagano de Serapeum, en el cual albergaba parte de la biblioteca de Alejandría. A la muerte de Teodosio el imperio fue repartido entre sus hijos: Arcadio es el primer emperador romano de oriente.

En la administración de Arcadio (395-408) los prefectos de Egipto fueron: Remigius; Archelaus; Paulacius; Pentadius; y Ethalius. En este periodo surge la rivalidad entre Alejandría y Constantinopla en la búsqueda de ser reconocidas como sede central de Oriente. El Patriarca Teófilo, aprovechó el enfrentamiento político entre la emperatriz Elia Eudoxia y el arzobispo San Juan Crisóstomo. Excomulgó a Crisóstomo por haber recibido a los cuatro hermanos largos (Ammóm, Dióscoro, Eusebio y Eutomio) que predicaban los escritos de Orígenes de Alejandría.

En el gobierno de Teodosio II (408-450), los prefectos de Egipto fueron: Orestes; Calisto; Cleopater; y Charmosynus. El 17 de octubre del 412 asumió el Patriarca Cirilo, sucediéndole a su tío (Teófilo). En 414, Cirilo, aprovechó su poder religioso, expropió la mayoría de las sinagogas en Alejandría y las convirtió en iglesias. El prefecto Orestes intentó frenar los agravios cometidos por Cirilo, pero cerca de 500 monjes lo atacaron. Orestes tenía el respaldo político del emperador y de Hipatia, que era patrocinada por un sector de la clase alta; Hipatia fue asesinada años después por un monje extremista (415 o 146). En 422, el prefecto Calisto fue asesinado por una turba de exaltados religiosos.

En la administración de Marciano (450-457), los prefectos de Egipto fueron: Teodoro; Florus; y Nicolaus. Entre octubre y noviembre del 451, se produjo el Concilio de Calcedonia, en el cual la Sede de Constantinopla obtenía el derecho de nombrar obispos, lo que llevó la oposición del Papa León y del Patriarca de Alejandría (Dióscoro). El emperador reemplazó a Dióscoro por San Proterio, el cual fue asesinado un Jueves Santo del 457; en la iglesia de San Quirino, por los monofistas.

En el gobierno de León (457-474), el prefecto de Egipto fue Flavio Alejandro y el patriarca era Timoteo II. Este patriarca en vez de ser conciliador fue el causante de la división entre coptos y ortodoxos por su intransigencia política, filosófica y teológica.

El año 476 es clave en la historiografía clásica universal por la caída del imperio romano de occidente. Si tomamos la perspectiva occidental, las últimas autoridades orientales que representaban al mundo antiguo romano serían: el emperador Basilisco (475-476); el prefecto de Egipto Boecio (475-476); y el patriarca de Alejandría Timoteo II (454-477).

El triunfo del cristianismo en el espacio social y cultural en el Antiguo Egipto fue un proceso dinámico que reemplazó paulatinamente a las tradiciones faraónicas y helenísticas. Los templos fueron olvidados en el desierto o convertidos en iglesias locales, como el templo de Isis en la isla de File, que por orden del emperador Justiniano se convirtió en la iglesia de San Esteban. Para mediados del siglo V nadie podía leer los jeroglíficos. El mundo antiguo había quedado como un pasado nostálgico y el albor del medievo mediterráneo planteaba una nueva visión de la realidad en lo económico, social, político, teológico y cultural.


Legado

Los historiadores consideran a Imhotep (Siglo XXVII a.C.) como el primer científico en los campos de arquitectura, astronomía, ingeniería, matemática y medicina.

Arquitectura: los diseños y los mega proyectos de sus edificios fúnebres, palacios, fuertes, diques y canales.

Arte: representación frontal y estilizada de las figuras humanas en los murales influyen en la ilustración gráfica contemporánea.

Astronomía: El calendario solar de 365 días, dividido en 12 meses de 30 días cada uno, más 5 días añadidos al final del año.

Matemática: Se especializaron en la aritmética y la geometría (papiro de Rhind, siglo XVI a.C.).

Medicina: el papiro de Lahun (siglo XIX a.C.), es una reproducción de un tratado antiguo de la obstetricia; el papiro de Edwin Smith (siglo XVII a.C.), describe la anatomía y tratamientos quirúrgicos para heridas de guerra; el papiro de Ebers (siglo XVI a.C.), es un rollo de más de 20 metros que describe temas en gastroenterología, ginecología, oftalmología, psicología (esbozo de depresión clínica y demencia) y un tratado del corazón.


Bibliografía:

Cross, Robin. 50 cosas que hay que saber sobre Guerra. 1ª Ed. Editorial Ariel. Buenos Aires. Argentina. 2012. Pág. 10.

Kinder, Hermann; Hilgemann, Werner; Hergt, Manfred. Atlas Histórico Mundial, de los orígenes a nuestros días. 22ª Edición. Ediciones Akal S.A. Madrid. España. 2007. Págs. 23;25.

Kirschbaum, Ricardo. (Editor General). Historia Universal. Tomo II. El Egipto Faraónico. 1° Ed. Artes Gráficas Rioplatense S.A. Buenos Aires. Argentina. 2005. Págs. 20-33.

Maneton. Historia de Egipto. Ediciones Akal S.A. 2022. Págs. 30-145.


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